Día Mundial contra el Acoso Escolar

Cada vez es más normal ver en los medios de comunicación algún caso de "Bullying", tal vez con demasiada normalidad. Están surgiendo importantes e interesantes iniciativas como el teléfono contra el acoso escolar (900 018 018) operativo todas las horas y días del año y el teléfono gratuito y confidencial de la Fundación Ayuda a Niños y Adolescentes en Riesgo (ANAR) pero podemos gestionarlo también desde el modelo de la prevención y gestión de conflictos. Para ello contamos con la mediación escolar.

El conflicto forma parte de la vida y es un motor de progreso, pero en determinadas condiciones, puede conducir a la violencia. Para mejorar la convivencia educativa y prevenir la violencia, es preciso enseñar a resolver conflictos de forma constructiva; es decir, pensando, dialogando y negociando.

Bullying es un anglicismo que no forma parte del diccionario de la Real Academia Española (RAE), pero cuya utilización es cada vez más habitual en nuestro idioma. El concepto refiere al acoso escolar y a toda forma de maltrato físico, verbal o psicológico que se produce entre escolares, de forma reiterada y a lo largo del tiempo.

Suele estar provocado por un alumno/a que se apoya en un grupo contra la víctima que se encuentra en minoría e indefensa, en la mayoría de los casos es una persona que acaba quedándose sola o que los amigos / conocidos no suelen hacer nada ante las agresiones que sufre por miedo a que les ocurra lo mismo.

Como suele suceder con los acosos, éste se mantiene por la pasividad y la ignorancia de las personas que rodean tanto a la víctima como a los agresores.

El bullying suele tener lugar en el aula y en el patio de la escuela. Este tipo de violencia por lo general afecta a niños y niñas de entre 12 y 15 años, aunque puede extenderse a otras edades.

Este acoso puede ser de tipo psicológico, verbal, social o físico. El psicológico es aquel donde atacan la autoestima de la persona e intentan producir sensación de temor en ella. El verbal está caracterizado por todo tipo de insultos, apodos, sobrenombres, burla, desprecios, atacar los defectos físicos, entre otros de manera pública. El social busca apartar o exiliar al individuo del resto de los compañeros o grupo. Y finalmente el bullying físico, que es el más común, este agrede de manera física a la persona por medio de patadas, golpes, empujones, etc.

Con las nuevas tecnologías, el bullying se ha extendido al hogar de las víctimas, en lo que se conoce como ciberbullying. Los acosadores se encargan de molestar a través de Internet, con correos electrónicos intimidatorios, la difusión de fotografías retocadas, la difamación en redes sociales y hasta la creación de páginas web con contenidos agresivos.

Los datos obtenidos por diferentes medios son alarmantes y muestran una realidad cada vez más presente en los centros educativos y a la que se debe buscar una pronta solución para poder mejorar la convivencia y evitar problemas mayores (los casos de suicidio se han elevado debido a esta causa entre adolescentes).

En España el 1,6% de los niños y jóvenes sufren bullying de forma constante y un 5,7% lo vive de forma esporádica. En el año 2015, 1 de cada 10 niños afirmó haber sufrido acoso escolar.

Una encuesta del Instituto de la Juventud (INJUVE) eleva el porcentaje de víctimas de violencia física o psicológica habitual al 3% de los alumnos. A su vez, ésta revela que un 16% de niños y jóvenes encuestados reconoce haber participado en burlas o agresiones psicológicas a otros compañeros. El Defensor del pueblo señala que en un 5% los alumnos que reconoce que algún compañero le pega.

El Instituto de Evaluación y Asesoramiento Educativo (IDEA), indica que un 49% de los estudiantes dice ser insultado o criticado en el colegio y que un 13,4% reconoce haber pegado a sus compañeros.

FUNDAMENTACIÓN

Una de las preguntas que, tanto padres y madres como niños que han sufrido acoso, se hacen es ¿Por qué?.

El bullying se ha convertido en una de las principales preocupaciones que tienen los padres respecto a sus hijos. Por tanto, es importante que aquellos presten atención a signos que pueden indicar que sus vástagos están sufriendo acoso escolar:

• El adolescente presenta cambios de humor muy bruscos.

• Tiene miedo de ir al colegio y por eso siempre pone excusas para faltar a clase.

• Se produce un importante cambio en lo que es el rendimiento escolar.

• No cuenta nada sobre su día a día en el centro.

Los padres y madres y el personal del centro educativo tienen la responsabilidad de unirse para hacer de las escuelas lugares libres de violencia y de bullying. Existen diferentes campañas dirigidas y destinadas a detener el bullying: "Basta de bullying, no te quedes callado", es una campaña que necesita que los adultos se involucren, con diálogo, aprendiendo estrategias efectivas, dejando en claro reglas y estando muy atentos. Los niños y los adolescentes necesitan saber que estamos para guiarlos y protegerlos. Ellos necesitan adultos que puedan reconocer rápidamente lo que está ocurriendo e intervenir con seguridad y coherencia.

Por ello, desde nuestro punto de vista, es muy importante intentar prevenir el bullying y la violencia en las aulas a través de la educación y de las relaciones entre la escuela y la familia. Muchas veces, las causas están en esos entornos y es allí mismo donde hay que intentar atajarlas.

El apoyo social a las familias es muy importante y puede reducir significativamente el riesgo de violencia, porque proporciona ayuda para resolver los problemas, acceso a información sobre formas alternativas de resolver dichos problemas, y oportunidades de mejorar la autoestima.

Una importante condición para mejorar la educación es estimular la comunicación entre la escuela y la familia, sobre todo, cuando los niños tienen mayores dificultades de adaptación escolar y/o con más riesgo de violencia.

El conflicto forma parte de la vida y es un motor de progreso, pero en determinadas condiciones, puede conducir a la violencia. Para mejorar la convivencia educativa y prevenir la violencia, es preciso enseñar a resolver conflictos de forma constructiva; es decir, pensando, dialogando y negociando. Un posible método de resolución de conflictos se desarrolla en los siguientes pasos:

- Definir adecuadamente el conflicto.

- Establecer cuáles son los objetivos, y ordenarlos según su importancia.

- Diseñar las posibles soluciones al conflicto.

- Elegir la solución que se considere mejor y elaborar un plan para llevarla a cabo.

- Llevar a la práctica la solución elegida.

Debemos trabajar y adaptar la educación a los cambios sociales, desarrollando la intervención a diferentes niveles y estableciendo nuevos esquemas de colaboración, con la participación de las familias y la administración.

La prevención y erradicación del acoso escolar consiste en el compromiso de crear un ambiente seguro, en el que los niños y niñas puedan progresar social y académicamente sin sentir temor. Evitar los abusos es cosa de todos.

Autora:

Eva Cabra Vázque
Vicedecana del COPAO de Málaga